martes, 4 de agosto de 2009

Preproducción, armando equipo.

Pasado el momento de las Revisiones, hice hasta tres versiones de mi guión (hoy en día veo como que fueron pocas versiones… poquísimas). Luego venía el tema de la viabilidad del corto, ¿era sencillo a nivel de producción? ¿Podría conseguir dinero y no morir en el intento? ¿Lo haría acompañado de gente profesional?

Una vez, haciendo mi tesis de grado, entrevisté al realizador y director de fotografía Alejandro Wiedemann, decía que cuando uno va a hacer un corto debe tratar de buscarse siempre a gente con más experiencia que uno para aprender de ellos. Palabras que también retumbaban dichas por mi amiga Leny Ávila (Script o secuenciadora). Pero esas son palabras que escuché tiempo después de hacer el corto, sin embargo para aquel momento creía que en efecto debía buscar a gente con más o con la misma experiencia que yo.

El aspecto que quería controlar más, y que no sabría controlar mucho (a parte de dirigir a actores), era la dirección de fotografía. Por ello llamé a mi pana Nevil Guerra, con quien venía trabajando un tiempo en par de proyectos y había aprendido mucho de él. Eso fue un tiro al piso, jalarle bolas a Nevil para que me echara una mano con el corto fue lo mejor que pude hacer. Me garantizaba que iba a aprender de un área que conocía de manera empírica y además sabía que Nevil estaba dispuesto a ir a la guerra (tal como su apellido) y dar lo mejor de sí, a pesar de ser una simple colaboración para un pana.

Creo que el hecho de que Nevil participara en el proyecto hizo que otras personas también se interesaran, a pesar que no habría ni medio para honorarios.

Luego surgió Ainoa Otaño como productora. Ella fue el gran apoyo que necesitaba para despejar la mente y concentrarme a dirigir. Esa sería la primera participación como Productora, se estaba estrenando pues, sin embargo la consideré apropiada porque ya estaba involucrada con el sistema de los rodajes y porque yo estaría para apoyarla en producción si algo sucedía… ¡Error!

Descubrí que si se va a dirigir, es a eso y nada más. Cuando se es director y productor ejecutivo o productor general, siempre termina sacrificándose el elemento artístico y creativo por estar pendiente de los reales. Lo mejor que se debe hacer, en caso de que ineludiblemente se tenga los dos cargos, es que el director se olvide por completo de producir en el set y para ello contrate a alguien que asuma esa responsabilidad a cabalidad.

Hoy en día estoy seguro de que Ainoa podría hacer ese trabajo tranquila, pero las novatadas mías decían mucho y sí estuve muy pendiente de producir en pleno rodaje. El detalle de que fuera la primera producción para ella me distrajo mucho. Así que si algún realizador se va a lanzar al ruedo es bueno que confíe plenamente en su productor y no se distraiga para nada produciendo.

Para este momento de la preproducción, donde empezaba a armar el equipo, llevaba otro proceso paralelamente, se trata del casting, del que hablaré en un siguiente post.

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