jueves, 30 de julio de 2009

El guión, la historia.

Suelo escribir sobre cosas que me impactan profundamente, los sueños tienen repercusiones en mi vida real de una manera tácita, se entremezclan con los guiones con una frecuencia absurda. Aquella noche había soñado mi muerte, todos asistian al funeral yo los veía despedirse, sentía que prefería ser la persona a sepultar que ser el espectador en la partida, era menos fuerte.

Necesitaba recrear esa sensación, la sensación de la despedida. Necesitaba expresar el profundo pesar que hay detrás de los lutos. También quería estar seguro que el luto no sólo se lleva por una muerte, sino por una separación (que al final viene siendo una pequeña muerte).

Escribí sobre Luis, ese es el nombre que le coloco a mi primer personaje hombre siempre, por alguna razón es un nombre común que no me suena chocante y que le puedo colocar la cara que sea. En fin, Luis sufría alguna enfermedad y moriría, su legado sería la manera de asumir la vida teniendo en cuenta el disfrute a plenitud de la misma y empezar a ver los problemas de la vida como circunstancias superables, al final de cuenta supongo que cuando estás muriendo todos los problemas se ven minúsculos.

Escribiendo en el final draft llegué hasta unas 20 páginas, no está fácil empezar a recortar una historia, me atrevo a decir que es una de las complejidades más importante que tiene un corto: resumir. Sentía que esta historia debería estar a 10 minutos, lo que quería decir según el Formato Americano de Guión, que debería tener 10 páginas.

El Guión parte de mi memoria de grado: "Manual para la realización de cortometrajes".

Fue en el proceso de eliminar escenas y diálogos cuando me topé con un texto que le habría escrito a un amor platónico, ella era una persona que había idealizado y a quien le escribía por las noches cosas que sentía no le escribía a gente cercana, más palpable, gente "de verdad".

“cuando vaya a dormir espero caer profundo,
en un letargo que ni siquiera me permita mirar a los lados,
que no me permita siquiera saber si de verdad tiene color
o es en blanco y negro,
pero que me mantenga con la masoquista esperanza de volver a
despertar y soñarte con los ojos abiertos”

Ahora con ese texto ¿qué hago? Decidí que lo quería dentro del corto, porque sentía que era un texto alejado de mí, algo como escrito en un sueño la verdad.

Para ventaja del guión sí era un texto que tenía tintes poéticos y que encajaría en los momentos nostálgicos que esperaba ver en la historia. Además hablaba sobre el color en los sueños (cosa que fue fortuita). Hasta ahora siempre he concebido las historias en blanco y negro, no pensaba mucho en los colores para el video, así que veía positivamente la coincidencia entre lo que expresaba ese nuevo texto, la historia y la posibilidad de escoger una fotografía en blanco y negro.

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